miércoles, 20 de febrero de 2013

Película "Despertares".




Recientemente hemos visto en la asignatura de CMC una película sobre el tema de Salud y Enfermedad que estamos tratando.
La película, titulada Despertares, de 1990 está basada en la autobiografía del neurólogo Oliver Saks, encarnado en la película por Robin Williams bajo el nombre de Malcom Sayer.
La película nos narra la historia de un médico que entra a trabajar en un hospital psiquiátrico de Nueva York.
Allí hay una paciente, Lucy, que sufre encefalitis letárgica, que le llama la atención y de cuya enfermedad comienza a investigar.
Lucy y los demás enfermos de encefalitis letárgica del hospital se encuentran en estado catatónico, pero reaccionan a diferentes estímulos como oír su nombre, un determinado tipo de música o el lanzamiento de una pelota (la que cogen al vuelo, demostrando unos increíbles reflejos).
Tras asistir a una charla sobre una nueva droga, la L-dopa, como tratamiento del Parkinson, a Sayer se le ocurre utilizarla para los enfermos de su hospital, pero le costará conseguir la autorización y la financiación necesarias.
Una vez recibido el consentimiento de la madre, Sayer comienza su ensayo clínico suministrando la L-dopa a un paciente llamado Leonard, interpretado por Robert De Niro. El paciente comienza a realizar alguna respuesta a estímulos, pero no mejora, por lo que Sayer decide saltarse el protocolo y administrarle más L-dopa de la permitida, convencido de que así funcionaría. Y estaba en lo cierto. Pronto Leonard comienza a despertar. No solo se mueve, come e incluso habla, si no que en poco tiempo llega a alcanzar un estado de lucidez comparable al de una persona sana.
Ante tal éxito Sayer suministra el mismo tratamiento al resto de pacientes, obteniendo los mismo resultados milagrosos.
El mundo ha cambiado mucho desde que todas estas personas se durmieron. Leonard por ejemplo se quedo catatónico en la niñez. Sayer le enseña el nuevo mundo en el que ahora vive y forja con él una fuerte amistad.
Leonard se siente lleno de vida y se rebela contra los médicos por no dejarse salir cuando le plazca del hospital, lo que produce su aislamiento con los enfermos más peligrosos. Pero Sayer se da cuenta de algo que le preocupa. Su amigo presenta un tic que se va agravando con el tiempo.
Leonard cada vez está peor hasta que se produce el final más amargo que podíamos esperar para la película. Poco a poco Leonard y los demás pacientes quedan paralizados hasta que vuelven a dormir para siempre.

Esta impactante película, que sin duda deja marca en quién la ve, nos muestra el primera instancia el caso de personas que apenas pueden moverse, que no pueden hablar, que no pueden apenas vivir. Esto debería hacernos replantearnos cómo podemos quejarnos de nuestros problemas del día a día, cuando al compararlos con los de personas como estas son al cosa más insignificante.
No quiero ni imaginar lo duro que debe ser padecer una de estas enfermedades, o tener un ser querido que la padezca. Esta película nos enseña a disfrutar de la vida.

Otros temas, ya más específicos, que trata la película y que posteriormente hemos tratado nosotros en clase, son los protocolos o la relación médico-paciente.
Sobre lo primero. Hay en un momento de la película, ya relatado antes, en el que el doctor Sayer decide saltarse el protocolo y todo le sale bien (en principio claro). Pero esto podría no haber sido así. Como expusimos en clase, los protocolos están para algo, están para controlar y proteger al paciente que se somete al ensayo clínico. Saltárselo  podría perjudicar al paciente y además toda la responsabilidad iría para el médico. En mi opinión no deben tomarse a la ligera y deben ser respetados y cumplidos.

En cuanto a la relación médico-paciente, en la película se muestra claramente como el protagonista forja un fuerte vínculo de amistad con Leonard.
Una buena relación de amistad y confianza puede ser beneficiosa para la recuperación del paciente, especialmente en el ámbito psicológico. Aunque tal vez, una relación tan estrecha que llegue a crear una especie de dependencia emocional puede traer problemas, en el momento en el que el paciente empeore sobretodo.